Hoy en día, tanto el esposo como la esposa, desconocen los principios bíblicos que son necesarios para que puedan desarrollarse en sus roles. La autora nos anima a que no se puede ser una eposa perfecta, pero sí se puede tener el propósito de ir hacia esa meta que implica un verdadero compañerismo y una compenetración plena entre la esposa y el esposo.
Aquí aprenderá que:
* Ser una ayuda idónea para el esposo es ser su complemento: en los intereses, perspectiva, motivaciones, etc.
* El propósito de la sumisión al esposo es honrar a Dios
* Los hijos neccesitan ver el amor y el respeto entre sus padres, ya que esto marcará sus vidas
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